Elegimos hacer tu voluntad

 

 

7 Entonces dije: He aquí, vengo;
En el rollo del libro está escrito de mí;
8 El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
Y tu ley está en medio de mi corazón.
9 He anunciado justicia en grande congregación;
He aquí, no refrené mis labios,
Jehová, tú lo sabes.
10 No encubrí tu justicia dentro de mi corazón;
He publicado tu fidelidad y tu salvación;
No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea.
11 Jehová, no retengas de mí tus misericordias;
Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.


Salmo 40,7-11 (RV1960)

Introducción

El Salmo 40 presenta una estructura concéntrica que se puede esquematizar de la siguiente forma:

A: v. 1-3                                                A’: 16-17
                B: 4-6                   B’: 12-15
                            C: 7-11

Si bien, en este estudio no se pretende realizar un análisis profundo de este Salmo, la estructura planteada nos ayudará a tener más claridad en el mensaje que el texto tiene para nosotros(as) hoy día en la defensa que a diario realizamos en la montaña Las Granadillas.

 

 

Cuando la realidad nos enfrenta a peligros inesperados (V. 1-3 y 16-17)

En estos versículos el salmista nos presenta una realidad de peligro, que lo hace clamar a Dios y esperar su protección y salvación.

Lo que sucede no es pasajero, ya tiene tiempo de estar ocurriendo y por ello, el clamor también. De ahí, que la acción de Dios genere alegría, agradecimiento y alabanza.

La Iglesia Luterana Guatemalteca ILUGUA, asumió el compromiso de proteger la naturaleza y en particular la montaña Las Granadillas, inicialmente porque las fuentes de agua que abastecen la zona donde vivimos nacen en ella y posteriormente porque fuimos conociendo y valorando la biodiversidad que tiene la montaña.

Durante estos años en ILUGUA hemos visto, cómo este compromiso ha generado situaciones de grave peligro para muchas de las personas de nuestra iglesia, al estar de por medio intereses de personas poderosas. Hemos sido amenazados, insultados, injuriados, criminalizados y durante años hemos debido soportar el hostigamiento de quienes desean destruir el bosque y las fuentes de agua.

Ante esta realidad hemos clamado a Dios,  y hemos visto cómo Dios nos ha protegido, como ha puesto personas en nuestro camino, que nos ayudan, animan y dan fortaleza, y todo ello nos lleva día con día a dar gracias, a reconocer la grandeza y el poder de Dios, pero sobre todo, a seguir clamando, ante el actuar de quienes se oponen a la protección de la naturaleza.

Cuando los peligros nos fortalecen (V.  4-6 y 12-15)

Durante todos estos años de lucha por la defensa de la Montaña Las Granadillas, hemos tenido que soportar muchas, muchísimas mentiras de parte de quienes buscan la destrucción de los bosques y las fuentes de agua. Sin embargo, quienes somos parte de ILUGUA como dice el salmista “no nos hemos perdido en sus mentiras.”

Todo lo contrario, hemos visto en esa montaña la mano creadora de Dios, que en los árboles, los animales y las fuentes de agua, nos demuestran su grandeza.

Además, en la lucha que día a día damos, hemos visto cómo Dios nos ha permitido conocernos más, apoyarnos más. Hemos aprendido a protegernos, valorarnos y sobre todo a sentirnos más hermanos y hermanas.  Son éstas algunas de  las maravillas y los proyectos de Dios.

Sin embargo, también es cierto y real que continuamos necesitando del socorro y protección divina. Cuando quienes nos adversan ven cómo Dios se manifiesta en nuestra Iglesia y en las personas que defienden su creación, no se dan por vencidos, sino que buscan distintas formas de hacernos daño y por ello continuamos clamando, reconociendo de antemano que en nuestro clamor, también está la proclamación de nuestra confianza en el cumplimiento de la promesa de Dios.

Quienes desean destruir la creación, han intentado durante años avergonzarnos, humillarnos y como dice el salmista, han buscado una y otra forma de decir “Esta vez los pillamos”, sin embargo, Dios ha sido fiel y nunca hemos sido avergonzados(as), humillados(as) ni pillados(as), todo lo contrario, ante cada ataque, hemos salido fortalecidos(as) para continuar luchando, reconociendo que la Montaña Las Granadillas es un don de Dios, que debemos proteger, porque de ella depende en mucho nuestra supervivencia.

Cuando lo que nos anima es nuestra fe (V. 7-11)

En este largo caminar, hemos descubierto que la lucha por proteger la creación sólo la vamos a poder continuar si fortalecemos nuestra fe.  En La Biblia, día a día encontramos palabras que nos animan, nos fortalecen y nos guían, por ello como el salmista podemos decir “He elegido, mi Dios, hacer tu voluntad, y tu Ley está en el fondo de mi ser”.

La lucha que estamos dando y la  elección que hemos hecho, día con día son conocidas por quienes nos apoyan y nos adversan, pero ambas cosas las hacemos teniendo una confianza absoluta en que la ternura y  el amor de Dios nos acompañarán siempre, hasta que  la verdad sea conocida por todos y todas, o lo que es lo mismo, hasta que la protección a la Montaña Las Granadillas sea una realidad y por ende sea una “Reserva Protectora de Manantiales”.